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Jueves 31 de marzo de 2022

94° Aniversario del Servicio Meteorológico de la Armada de Chile y especialidad de Meteorología

El Servicio Meteorológico de la Armada de Chile y la especialidad de Meteorología cumplen 94 años, contribuyendo a la seguridad marítima y de las operaciones navales.


La observación de las condiciones meteorológicas, desde la antigüedad, ha motivado una serie de esfuerzos de comprender el accionar de las fuerzas en la atmosfera y tratar de predecirlas en su actuar futuro, siendo una disciplina que ha forjado su accionar en la observación y la implementación progresiva de ciencia y técnica en su desarrollo.

En el ámbito marítimo nacional con la expedición de Fernando de Magallanes culminada por Juan Sebastián Elcano, en 1520, ya se realizaron los primeros registros respecto a las características meteorológicas en el actual territorio nacional, así como de los vientos  y el comportamiento de las mareas, los cuales serían parte de aquella primera circunnavegación al mundo, que unió a las civilizaciones a través del mar.

Con el desarrollo de las primeras ciudades en el Reyno de Chile  se realizaron paralelamente los registros de comportamiento meteorológico, casi en forma instintiva basándose en la observación y caracterización de comportamiento, dando como resultado una descripción de las estaciones del año y sus efectos, estableciendo aquellos registros orientación en la toma de decisiones de obras de infraestructura pública y desarrollo de puertos que serían fundamentales en el desarrollo de rutas marítimas, lo cual seguiría realizándose durante el proceso de independencia de nuestro país.

En la década de 1830 con las primeras expediciones científicas británicas en nuestras costas, se comenzó a realizar un trabajo sistemático respecto a registros meteorológicos, resaltando el rol de éstas para la segura navegación por las rutas marítimas, especialmente considerando las dificultades de navegación en la zona de los canales australes y sus cambiantes condiciones meteorológicas.

Es de esta manera que la actividad de estudio y registro meteorológico está ligada íntimamente al ámbito marítimo, siendo los distintos guardianes de faros instruidos en la necesidad de registro de las condiciones meteorológicas ya en la década de 1840, contribuyendo con sus observaciones al levantamiento de un registro del comportamiento de la atmósferas y nuestro mar que es fundamental.

El arribó en 1849 de la misión Estado Unidense encabezada por James Melville, astrónomo agregado del Observatorio Naval de Washington, se impulsó la construcción de un observatorio astronómico, dependencias y equipo adquirido posteriormente por el Gobierno de Chile para mantener registro de condiciones meteorológicas, especialmente pluviometría las cual a fines del siglo XIX se traslada a Quinta Normal.

Las acciones navales en Europa y África, especialmente tras los desastres navales productos de condiciones meteorológicas adversas en la Guerra de Crimea de 1855, lo que derivó en la pérdida de una flota combinada anglo-francesa por condiciones de tormenta, generó un precedente importante entre el uso táctico de la meteorológica en la planificación y despliegue del poder naval, estableciendo importantes acciones que fueron rápidamente asimilados en distintas fuerzas navales alrededor del mundo.

En 1865,  el entonces Teniente 1º Francisco Vidal, quién posteriormente fue primer Director del Servicio Hidrográfico y Oceanográfico de la Armada, comenzó la edición de los primeros Anuarios Meteorológicos de Chile, publicados por la "Oficina Central Meteorolójica" del Observatorio Astronómico Nacional, incluyendo las observaciones efectuadas por los guardianes de los Faros de la red de señalización marítima existente en la época, siendo calificado como "el más prolijo y completo que jamás se haya publicado por cualquier Estado americano" en el marco de la Exposición Geográfica de París de 1875.

En 1884 se realiza una reforma importante en lo que al accionar del estudio meteorológico se refiere, decretándose el uso del telégrafo como medio obligatorio para ser centralizados los datos al Servicios de Observaciones Simultaneas, lo que conllevaría a la recopilación de información trascendente para la comprensión y registro de diferentes fenómenos que se producían en la atmosfera de nuestro país.

Durante ese periodo en la Armada de Chile diversos cambios se llevaron a cabo en la instrucción y forma de registro de estos antecedentes, formalizando hacia fines del siglo XIX la instrucción de uso de instrumentos dirigidos a guardianes de faros, con el objetivo de efectuar observaciones y registro de las condiciones del tiempo.

En 1910, tras 11 años de funcionamiento del Servicio Meteorológico Nacional, se crea la Oficina de Pronósticos Marítimos, la cual fue fundamental para el desarrollo de una metodología e implementación en la generación de pronósticos a nivel nacional, contribuyendo con información relevante a mantener la segura navegación en gran parte de nuestro territorio.

Es de esta manera que, la larga data de antecedentes respecto a la acción meteorológica en nuestro territorio, da como origen el 31 de marzo de 1928 a la creación del Servicio Meteorológico de la Armada, dependiente de la Dirección de Territorio Marítimo, la cual tenía como funciones esenciales la previsión del tiempo para su uso práctico en el ámbito marítimo; desarrollo de estudios e  investigaciones de los métodos científicos de la disciplina; contribuir al estudio internacional de fenómenos meteorológicos; y Confección de cartas de vientos para la navegación marítima, aérea y noticias meteorológicas en los derroteros.

Esta institución en mayo del mismo año, bajo la dependencia del Ministerio de Marina por los próximos 21 años, paso a denominarse Oficina Meteorológica de Chile, comprendiendo la necesidad de una organización moderna y con el sostenimiento gubernamental fundamental para su proyección al largo plazo.

La acción del estudio y registro meteorológico en la Armada de Chile generó importante hitos en la historia nacional, como lo fueron el levantamiento de los primeros registros en el Territorio Antártico Chileno, esto al ser fundada en 1947 la Estación Meteorológica y Radiotelegráfica “Soberanía”, en donde la dotación liderada por el Teniente 1° Boris Kopaitic realizó un trascedente trabajo en uno de los lugares más apartados e inhóspito de nuestro Territorio Nacional.

Otro hito importante en el desarrollo de la disciplina es la publicación periódica en el siglo XX de los “Anales Meteorológicos de la Armada”, cuerpo documental que genera una base de estudios climatológicos fundamentales para diversas entidades académicas, en especial para comprender de las variaciones y fenómenos registrados en la zona austral.

Los diferentes cambios realizados desde el punto de vista estratégico, así como los procesos impulsados en la modernización del Poder Naval, generaron la necesidad de contar con especialistas, esto considerando los importantes aportes tecnológicos y Pactos de Ayuda Militar vigentes. De esta manera se estableció en junio 1964 la creación del “Servicio Meteorológico de Campaña de la Armada”, asignándosele la misión de satisfacer las necesidades meteorológicas operativas de tiempo de paz y de guerra de las unidades y fuerzas navales, tanto de superficie, como aéreas. Para lo cual en 1967 se desarrolló el primer curso de Gente de Mar especialistas, comenzando a generar un capital humano fundamental para la proyección del servicio en distintas zonas de Chile.

En 1970, se desplegó el Destacamento Meteorológico de Magallanes, dependiente de la Comandancia en Jefe de la Tercera Zona Naval, con asiento en Punta Arenas, operando en una de las zonas más australes del mundo, dependiente en esa época de la Aviación Naval, para posteriormente al igual que el resto de reparticiones de la Servicio Meteorológico de la Armada de Chile, ser traspasada a la  Dirección General del Territorio Marítimo y Marina Mercante a partir del año 2001.

La responsabilidad del Centro Meteorológico Marítimo Punta Arenas se incrementa con el pasar de los años, prestando una asesoría de alto valor estratégico al Mando, Unidades y Reparticiones, como también asumiendo una importante área de responsabilidad bicontinental, resguardando una extensa red de monitoreo, los cuales entregan importante información de las principales rutas marítimas de la Región de Magallanes y Antártica Chilena, correspondiente a más de la mitad del Territorio Nacional, entregando valiosa información para la operación de puertos, rutas marítimas y despliegues navales.

La incorporación de tecnología, junto a la combinación de observaciones, registros y análisis, conllevan a que la disciplina y especialidad de meteorología en el ámbito marítimo complemente en forma constante la necesidad de actualización de conocimiento, así como también de comprender el valor de la experiencia e interpretación de datos que en el pasado han marcado el devenir de aquellos hombres y mujeres, que en una labor silenciosa, señalan “la luz después de la tormenta”.

Es de esta manera que el accionar de los miembros del Servicio Meteorológico de la Armada de Chile, desde sus respectivos centros y red de monitoreo aportan  con las áreas de misión de Desarrollo Nacional y Acción del Estado, Seguridad e Intereses Territoriales, aportando a la segura navegación y ayudando a resguardar la vida humana en el mar, estando presente con su acción en la proyección de los altos intereses de la Patria y contribuyendo decisivamente al desarrollo marítimo de Chile.

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