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Viernes 23 de febrero de 2024

El yate “Beau Geste” retorna a Rapa Nui tras una desafiante hazaña rumbo a Isla Pitcairn

Hace unos días, el Capitán de Altamar, Raúl Zapata y su tripulante Hoko, regresaron a las tierras del pueblo Rapa Nui, tras una desafiante travesía hacia la cuenca del Pacífico, donde el Capitán Zapata, tomó la decisión de retornar hacia puerto base.


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Hace unos días, el Capitán de Altamar, Raúl Zapata y su tripulante Hoko, regresaron a las tierras del pueblo Rapa Nui, tras una desafiante travesía hacia la cuenca del Pacífico, donde el Capitán Zapata, tomó la decisión de retornar hacia puerto base.

El día 23 de febrero, se inició el zarpe hacia la ciudad de Valdivia. Una navegación que le tomará dos a tres semanas. Las razones de esta determinación, la dio a conocer el armador del velero Beau Geste en el programa especial “Travesía Moana Nui Kiva” emitido por el canal de Youtube “empresaoceano”.

En la entrevista, se dio a conocer el objetivo de esta gran expedición hacia la cuenca del Pacífico, el propósito y proyectar a Chile hacia la Oceanía como país Tricontinental. Pese a las innumerables adeversidades que se presentaron en la ruta, el Capitán Zapata y su tripulante, lograron regresar a isla Rapa Nui.

 “Comenzamos la navegación con una linda despedida y a poco andar, nos dimos cuenta que la singladura no iba a ser fácil, por lo variable e impredecible de los vientos. Los cuatro primeros días, tuvimos muy poco viento, dificultando el avance cerca de 200 millas, es decir, cuatro días flotando como corcho en esa zona”, expresó el Capitán del yate.

Posteriormente, los ocupantes del velero sintieron un aumento dramático del viento. Asimismo, los modelos meteorológicos que usaron para hacer la predicción del tiempo no fueron acertados, encontrándose desprevenidos y optando por otras alternativas para la toma de decisiones.

El Capitán Raúl Zapata, señaló una posible causa al respecto. “Tiene que ver con el fenómeno de “El Niño”, que lleva tres años acá y se espera que dure unos tres años más. Es básicamente una distorsión a los datos estadísticos que acumulan todos estos modelos, para hacer predicciones. (…) Dichos modelos, en este periodo de cinco a seis años en que se encuentra este fenómeno son bastantes imprecisos, por lo que hay que tener mucho cuidado ya que pueden inducir errores en la toma de decisiones”.

 Experiencias

 “Hoko”, quien acompañó al Capitán en esta travesía relata su experiencia. “Sentí harta felicidad y también harto miedo cuando nos encontramos con este fenómeno y llegó el punto en que tuvimos que tomar una decisión, seguíamos o nos devolvíamos. Entonces, es difícil dada las ambiciones de este proyecto por un lado y por el otro, el miedo de la tormenta en Altamar y ver el mar blanco entero, nunca lo había visto de esa manera”.

Los tripulantes se vieron enfrentados a un ciclón tropical rumbo a Isla Pitcairn, dificultando la navegación. “(…) A cinco nudos de velocidad, la embarcación se demora doce días. El Beau Geste, no avanzaba ni una milla, por lo que la travesía se alargó y empezamos a encontrarnos con imprecisiones en la predicción meteorológica, siendo una experiencia frustrante y preferimos interpretar las condiciones locales; la nubosidad, la dirección del viento, el estado del mar. Asimismo, con Hoko descubrimos que lo único certero era que las condiciones iban a variar constantemente, por lo que íbamos afinándonos con el entorno y ver como se iba presentando el escenario”, señaló el Capitán de Altamar.

 “Nuestras vidas peligraban”

Los navegantes declararon haber sentido miedo, sus vidas peligraron y rememoraron la hazaña del explorador anglo – irlandés Ernest Shakleton y sus 27 hombres a bordo del “Endurance” en la Antártida por los años 1914 – 1916.

“Las mismas capacidades que nos hicieron llegar a este punto en términos de compromiso con la causa, los valores, la perseverancia, el espíritu de lucha, la capacidad de sobreponerse a la frustración para poder llegar al objetivo y no puedes rendirte.

(…) Shackleton, después de un largo esfuerzo al organizar su expedición en plena Primera Guerra Mundial, un hombre de gran empuje, extraordinario que en su objetivo de cruzar la Antártida ya estaba desechado y su gran virtud sería salvar a su gente con la ayuda de la Armada de Chile y el Piloto Pardo”, detalló Zapata.

Con la importante tarea de resguardar la vida humana, se decidió postergar el proyecto y volver a Rapa Nui sanos y salvos. No obstante, al retornar a destino se dañó el velamen del yate oceánico Beau Geste producto del viento extremo.

El regreso a Isla Rapanui

Hoko, relató que continuaron navegando con la misma vela hasta el punto de encontrar unas condiciones de calma y tres días antes de llegar a la isla pudieron cambiarla por otra.

Además, se refirió a los aprendizajes que trajo consigo esta expedición.

“En conclusión, quedó una brecha abierta para poder volver a retomar, a lo mejor seré yo u otra persona. Hay que avanzar nada más, a veces se puede, otras no y hay que tener la capacidad de tomar decisiones importantes en todo aspecto. Y como dicen aquí: ’i mu'a, ’i mu'a (vamos para adelante).

Por su parte, Raúl Zapata, analiza esta travesía y deja en claro que con el solo el hecho de intentarlo, deja una señal apuntando hacia el occidente polinésico y hacia la Cuenca del Pacífico, siendo ellos u otros aventureros quienes retomen esta intrépida ruta y al mismo tiempo, que las condiciones del mar puedan acompañarlos.